"La Agricultura es Vida" - "Nuestra Causa es la Vida... Toda la Vida"
Imagen referente a la agricultura relacionada con la publicación
Publicado 2024-07-31 17:50:58
Ferley Henao Ospina

"La Agricultura es Vida" titula Universidad Earth la comunicación de julio 31 direccionada a su página https://mailchi.mp/earth/feliz-aniversario-34-a-nuestra-universidad-1352344?e=58fa5d5c5c  lema en el que coincidimos plenamente, "Nuestra Causa es la Vida... Toda la Vida" es el eslogan de AgroAmigable.

 

Queda claro que "La Agricultura es Vida" y que es vida en todas sus dimensiones: Económica, Social, Ambiental, incluyendo la Seguridad Alimentaria que es clave para la supervivencia.

 

Desde el punto de vista económico "La Agricultura es Vida" solamente si se practica con todo el conocimiento y aplicando todas las innovaciones para conseguir que sea eficiente, rentable y competitiva. Solo cuando el agricultor tiene rendimientos altos (competitivos) genera impacto favorable en la economía, en la de su familia, en el comercio de su entorno y en el diamismo de la economía local, la de su municipio. Cuando sus rendimientos son tan bajos que no consigue utilidades o produce pérdidas, simplemente no genera movimientos favorables. Es perdedor.

 

Visto desde el ángulo social, solamente cuando se genera el conocimienmto necesario para que los agricultores sean actores competitivos es posible afianzar la seguridad alimentaria, proteger los puestos de trabajo rurales y conseguir la permanencia del agricultor en los lugares donde produce alimentos para satisfacer las necesidades de la sociedad urbana y rural.

 

Desde el punto de vista ambiental, la productividad agrícola desempeña un papel determinante y crucial. Si se tienen rendimientos altos (más toneladas por hectárea) se utiliza menos superficie para obtener la misma cantidad (toneladas, kilos, etc.) del producto cosechado. Es decir: Más cantidad de producto en menos hectáreas (eficiencia). 

 

Utilizar menos superficie para conseguir mayor cosecha es también muy importante si se tiene en cuenta que en la misma medida que se reduce la superficie, se ahorra también el recurso hídrico, lo cual mejora más aún cuando la fertilidad se realiza con insumos orgánicos ya que los componentes químicos tienen la particularidad de degradar los suelos y de contaminar las aguas, tanto las de riego como las de consumo humano.

 

Los gráficos que veremos a continuación ilustran claramente las ideas que acabamos de esbozar aquí: El de la izquierda registra las estadísticas FAO 2022 de productividad promedio (toneladas por hectárea) y el de la derecha es un análisis de AgroAmigable.co que basado en FAO, refleja la cantidad de tierra que destina cada uno de los países para obtener 100 toneladas de las especies que vamos a publicar aquí como ejemplo. Comenzamos con maíz:

 

 

 

Mientras Israel obtiene 22,6 t/ha de maíz, Chile y Estados Unidos 11,0 t/ha (la mitad); otros países como Ecuador y Colombia entre 4,0 y 4,5 t/ha (la quinta parte); México, Venezuela y Perú entre 3,5 y 3,9 t/ha (la sexta parte); Guatemala, Panamá, Bolivia, Barbados y El Salvador entre 2,2 y 2,9 t/ha (la octava parte); Granada, Nicaragua, Guyana, Uruguay, Dominica, Trinidad y Tobago, Cuba, Costa Rica, República Dominicana y Honduras, entre 1,0 y 1,9 t/ha (la doceava parte) y cierra este gráfico Haití con 0,8 t/ha (29 veces menos).

 

En esas circunstancias, para cosechar 100 toneladas de maíz, Israel solo emplea 4,4 hectáreas; Chile y Estados Unidos 9,0 ha; Ecuador, Colombia y México, entre 22 y 25 hectáreas; Panamá y Bolivia 42 ha; República Dominicana y Costa Rica 55,0 ha; Haití 130 ha.

 

Estas situaciones, de baja productividad con graves consecuencias económicas, sociales y ambientales, se repiten con muchas especies agrícolas: Arroz, Arveja, Fresa (Frutilla), Cacao, Lechuga, Papa (Patata), Pimientos (Chiles), Pepinos, Plátanos (Cambur), Sandía (Patilla), Tomate (Jitomate), Yuca (Mandioca), etc.

 

El gráfico, a continuación, de Fríjol (frejol, poroto) ilustra que sí se pueden conseguir mejores rendimientos en los cultivos y que con mayor rendimiento se reducen los costos por unidad de producción (kilos, quintales, toneladas, etc.), se reduce el uso de insumos y de agua, además se utiliza menor cantidad de suelo destinado a la cosecha reduciendo impacto ambiental al tiempo que genera mayor rendimiento y mejora el resultado económico del negocio agrícola.

 

 

Condensamos dejando estos ejemplos para renovarle luz a un concepto, que aunque parezca fundamentarse en principios matemáticos básicos, resulta de enorme importancia en los negocios de los que no es ajena la agricultura: PRODUCTIVIDAD.

 

Debemos entender que estamos en “la era de la productividad” y solo con ella se pueden lograr los cambios que conviertan a estas naciones en economías dinámicas y sólidas, capaces de reducir la pobreza, el desempleo y la inflación.

 

De espaldas a la productividad, el soñado paraíso del desarrollo ha pasado a ser solo una quimera.

 

Productividad es el “incremento simultáneo de la producción y del rendimiento, debido a la modernización del material y a la mejora de los métodos de trabajo”. Diferencia que parece pequeña pero es grande, inmensa y decisiva.

 

La productividad no es consecuencia de un golpe de suerte, sino el resultado de modernizar los materiales que se emplean en la producción, o sea innovación y, en general, conocimiento que se traduce en mejoras de los métodos de trabajo.

 

No hacerlo conduce al rezago cuyas consecuencias son muy graves y se expresan en indicadores como desempleo, emigración, balanza comercial deficitaria, bajo nivel de vida, inseguridad alimentaria, poco crédito e inversión para el sector, inflación y deterioro ambiental.

 

ferleyhenao@AgroAmigable.co

 

 

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Comentarios

Martha Cecilia Meza García:

2024-08-01

Excelente información. Indudablemente, cuidar la tierra es fundamental, y dotar a los campesinos, y comunidad que la trabaja, de elementos industriales, de capacitación, es avanzar en su sostenibilidad.

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