HAMBRE CERO: MISIÓN DE HUMANOS

La escasez y la carestía, primeros indicios de la hambruna que se cierne sobre nosotros a pasos agigantados, ya los estamos sintiendo y se acentúan más con las guerras que parecen convertirse en deleite de una sociedad cada vez con menos valores, pero con más codicia.

¿Cómo vamos a conseguir que las siguientes generaciones de productores rurales se queden en el campo?
Demostrándoles que el campo sí es una actividad buena, noble, pero también rentable para que ellos puedan vivir de ella y sacar adelante a sus familias.

Impulsando y promoviendo una educación práctica, incluyente y actualizada para que los campesinos no vuelvan a ser objeto de atraso en los conocimientos y los avances tecnológicos del mundo rural.
Poniendo al alcance del sector rural los componentes de una sociedad moderna para mejorarles la calidad de vida a los campesinos.
Transformando las cosechas agrícolas en producciones con valor agregado dentro de la completa gama de posibilidades agroindustriales para extender su vida útil y mejorar el precio y los beneficios económicos.
Desarrollando, a la par de las producciones alimentarias, otras actividades complementarias tales como las turísticas (agroturismo y ecoturismo, incluido el avistamiento de aves, rutas específicas, senderismo, gastronomía, culturas, etc.)
Reduciendo los impactos ambientales mediante la producción de más alimentos en menor superficie, con el empleo de menos agua y disminuyendo a su mínima expresión los insumos químicos para evitar la degradación de los suelos y la contaminación de las aguas, tanto las de riego como las de consumo humano.
Porque los campesinos que fueron relegados, marginados y hasta desplazados (parte de ellos emigraron a formar los cordones de miseria de las ciudades) merecen ser tenidos en cuenta para salvar a la sociedad de las graves amenazas de la escasez, la carestía y lo que es peor, la hambruna.
Esta cita de Alfredo Sarmiento Gómez, Director de la Misión Social, programa conjunto de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD y el Departamento Nacional de Planeación DNP en “Desarrollo, diversidad y equidad en el siglo XXI” define muy bien las prelaciones de la gestión pública que debe poner en lo más alto de sus prioridades el servicio a los que menos tienen o los que más necesitan.
«…el tratamiento preferencial a los más débiles es una condición básica del ordenamiento social. No es un juicio de valor que se agrega al análisis económico, sino una condición más básica que la propia economía para fundamentar la existencia de una sociedad justa».
La economía y el comercio de los municipios se dinamizarían si se pusieran en funcionamiento programas que mejoren la productividad de los agricultores, lo cual contribuiría de manera efectiva en el bienestar colectivo.
Ferley Henao Ospina
ferleyhenao@AgroAmigable.co
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